Durante casi 100 años la familia Parodi ha venido trabajando solidariamente en silencio, transmitiendo generación en generación los preceptos familiares básicos y fundamentales que nos unen, nos mejoran y refinan como seres humanos.
He tenido la fortuna y la bendición de poder transmitir lo mismo a mis hijos y cuando ellos me propusieron crear la Fundación Parodi, con el fin de institucionalizar y encausar todo el trabajo solidario de la familia, sentí la enorme satisfacción de entender que al menos una parte de mi trabajo en este mundo, estaba hecho.

Elegimos la abeja como imagen, porque acompaña al ser humano desde el comienzo de los tiempos y porque abarca muchos de los valores e ideales en los cuales creemos. El trabajo y su comportamiento social “sin conflictos” es algo único que nos transmite y nos obliga a la reflexión permanente.